C. M. MAYO
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Mexico: A Traveler's Literary Companion, etc.

C.M. Mayo (inicio) < Publicaciones < o Librería INICIO | PROLOGO | PREGUNTAS Y RESPUESTAS | COMPRAR Entrevista con C.M. Mayo por Edna Spokane (Este libro se publicó en inglés; no obstante, aquí se encuentra una entrevista, traducido al español por Bertha Ruiz de la Concha.)
México: A Traveler's Literary Companion [guía literaria para el viajero] es una compilación maravillosa de literatura mexicana. ¿Por qué dices que es una guía para el viajero?

Si deseas conocer sobre la ciudad de México, puedes leer el cuento corto de Juan Villoro, "One-Way Street" ["1975"] sobre rockeros punk, ambientado en la exclusiva zona del Pedregal; si te interesa una visión sobre la zona fronteriza entre México y Estados Unidos, te recomiendo el fragmento del cuento de Carlos Fuentes, "Malintzin of the Mquilas" ["Malintzin de las Maquilas"], sobre trabajadoras de las fábricas de Ciudad Juárez. Hay una gran variedad. También puedes viajar desde tu sillón y recorrer desde Tecate hasta Oaxaca, Chiapas o Yucatán. La buena narrativa te presenta un tipo de mapa diferente y, por lo general, mucho más profundo.

Entonces, es una manera de profundizar en nuestros viajes, de adentrarnos bajo la superficie de las cosas.

Exactamente. Al igual que Estados Unidos es más que Disneylandia y los centros comerciales, México es infinitamente más que Cancún, Los Cabos y las ciudades fronterizas. Me encanta la cita de Alistair Reed que aparece al inicio de cada uno de los libros que integran la colección A Traveler's Literary Companion: "Debido a que aprendí español recientemente, tenía dos carencias fundamentales: no haber vivido la lengua desde mi infancia, cosa que jamás conseguiría, y conocer su literatura, lo cual sí podría lograr."


¿Tú viviste la lengua desde tu infancia?

Aprendí español cuando me casé y me vine a vivir a México en 1986. Mi esposo es mexicano. Aunque lo hablo bastante bien, él siempre me pesca cosas que sólo un hablante nativo observa. Me encanta decir que él es mi "arma secreta".


¿Por ejemplo?

En el cuento de Mónica Lavín, "Day and Night" ["Día y noche"], ambientado en una casa de fin de semana cerca de Cuernavaca, los niños cenan "platillos voladores", y yo no tenía la menor idea de lo que significaba. Gracias a mi esposo, que en su infancia comió más de un "platillo volador", pude hacer una traducción correcta.


¿Cuándo comenzaste a traducir?

Hará unos doce años, cuando comencé a leer Vuelta. Me di cuenta de que hay una enorme cantidad de narrativa y poesía de excelente calidad en México, y que muy poca está traducida al inglés. En 1994, la poeta Naomi Shihab Nye me invitó a enviarle traducciones de poesía mexicana para su antología, The Tree Is Older Than You Are. Poco después fundé Tameme, la revista literaria bilingüe en inglés y español.


¿Cómo surgió la idea de este libro?

Extrañamente, la idea de hacer una antología de literatura mexicana surgió cuando caminaba. Digo "extrañamente" no porque sea poco frecuente tener ideas mientras caminas sino porque, al regreso de la caminata, me llamó David Peattie de Whereabouts Press, invitándome a hacer el libro de México para su colección A Traveler's Literary Companion. Había pensado hacer una antología típica, quiero decir, no de este tipo, en que además de introducirte a las voces literarias del país, presento un retrato del país mismo. Me pareció un concepto brillante.


¿Cómo conseguiste los textos para México?

Ya conocía algunos que no tenía duda de incluir. Por ejemplo, "One-Way Street" ["1975"] de Juan Villoro (México, DF) y "Lady of the Seas" ["Dama de los mares"] de Agustín Cadena (Baja California). No podía imaginar una antología sobre México sin algo de Carlos Fuentes y, para Chiapas, tenía que incluir a Rosario Castellanos. No puedo decir que encontré todos los textos… muchos cayeron en mis manos. Cuando inicié mis lecturas para integrar la antología, recibí el manuscrito de la colección de cuentos cortos de Daniel Reveles, ambientado en la ciudad fronteriza de Tecate. Me la envió su editor, pidiéndome que escribiera una reseña, cosa que hice con gran gusto pues me parece una colección fantástica, vigorosa y de gran sensibilidad. Encontré un cuento especialmente divertido, "Big Caca's Revenge". Sé que suena bastante fácil, pero no lo fue. Durante meses, me enfrasqué en la lectura… leía todo lo que podía, tanto en español, buscando textos para traducir, como traducciones al inglés de obras que serían reeditadas. Pedí ayuda a mis amigos mexicanos, y creo que hice algo diferente de lo que hace la mayoría de los antólogos. Como editora de Tameme, y gracias a amigos de la American Literary Translators Association, sabía que había traducciones excelentes aún no publicadas o que terminan en revistas literarias de muy poca difusión. Por lo tanto, solicité por internet "aportaciones voluntarias" a cientos de traductores y escritores. También incluí anuncios clasificados en Poets & Writers y AWP Chronicle, Además, envié por correo postal un volante a 650 departamentos de español y traducción a universidades en Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido e incluso Australia. Sabía que era importante lanzar la red lo más lejos posible.


¿Por qué era tan importante "lanzar la red lejos"?

Porque, en México, el escenario literario se concentra en la capital; de hecho, domina la vida cultural del país. La ciudad de México no tiene equivalente en Estados Unidos. Quizá podrías pensar en una mezcla entre Nueva York, Boston, San Francisco, Los Ángeles, Miami y Washington D.C. Yo quería una antología con lo mejor de la narrativa literaria mexicana y, al mismo tiempo, presentar un retrato de todo lo que es México. Por consiguiente, necesitaba algo ambientado en Sinaloa, en Oaxaca, en Puebla, y así sucesivamente. También quería incluir escritores de primera que no fueran originarios del DF o que no vivieran actualmente en la capital. No podía incluir sólo escritores famosos de la ciudad de México y, ciertamente, no tendría caso presentar escritos que carecieran de un sentido de lugar o estuvieran ambientados en París, por ejemplo.


Entonces, Internet fue una gran ayuda.

¡Enorme! Hacia finales de los años noventa, cuando inicié Tameme, pocos escritores mexicanos tenían correo electrónico y era muy difícil localizar a las personas; por si fuera poco, las cartas y manuscritos se perdían en el correo. Hoy muchos escritores mexicanos tienen su propia página en Internet, por ejemplo, Mónica Lavín y Alberto Ruy Sánchez (consulta la página de colaboradores, donde encontrarás más links.)


¿Cuáles escritores "pescaste" con tu red? ¿Hubo algunos que no conocieras o cuya obra te sorprendiera de alguna manera?

La mayor sorpresa fue "Tarántula", un cuento de Raymundo Hernández-Gil. Daryl Hague, profesor de español de Brigham Young University en Provo, Utah, había traducido el cuento y, cuando vio mi solicitud de aportaciones voluntarias, me lo envió por correo electrónico. Hernández-Gil nació en el estado de Veracruz, donde se ambienta la narración, y sólo había publicado su trabajo en español en una revista estudiantil de esa universidad. Nadie de mis conocidos en el Distrito Federal habría tenido idea de este cuento.


¿En qué se diferencia la escritura mexicana de la que se hace en Estados Unidos?

Cada escritor es tan particular y diferente que me resulta difícil hacer generalizaciones. Aunque podría mencionar una: en mi experiencia, la escritura mexicana tiende a los temas macabros. Siempre he huido de los clichés… ya sabes, como el de "los mexicanos están obsesionados con la muerte". No obstante, me percaté de que el tema de la mayoría de las historias y fragmentos de novela que encontré era la obsesión por la muerte, a menudo con un sentido del humor bastante negro, similar al de Flannery O'Connor.


¿Incluiste narrativa ambientada en Texas… ¿algún cuento "tejano"?

No, aunque hay dos que ocurren en la frontera, el de Carlos Fuentes, en Ciudad Juárez, y el que ya te mencioné, en Tecate, una ciudad al sur de la frontera con California, de Daniel Reveles. Todo lo que integra el libro ocurre en México aunque, ciertamente, algún otro compilador habría definido "mexicano" de manera diferente. En última instancia, los límites son muy difusos. Debería agregar que en realidad no me importan las definiciones; no obstante, la editorial me marcó un límite estricto de páginas. Ni hablar, el lado económico de las editoriales. Por cierto, es un libro de buen tamaño: 256 páginas.


¿Hubo muchos traductores que respondieron a tu solicitud de aportaciones?

¡Uy, sí! Geoff Hargreaves me envió su traducción de "The Green Bottle" ["La botella verde"] de Ricardo Elizondo (ambientado en el desierto del norte); Eduardo Jiménez me envió "Fata Morgana" de Bruno Estañol, un cuento que ocurre en el estado de Tabasco); a su vez, Amy Schildhouse Greenberg mandó "Aunt Elena" de Ángeles Mastretta (estado de Puebla), y Philip Garrison el delicioso cuento de Raúl Mejía, "Banquets" ["Banquetes"] (ubicado en Morelia, Michoacán) —por mencionar sólo algunos ejemplos. Yo hice la traducción de seis textos, y encargué la traducción de algunos más. Sin embargo, creo que el número de excelentes textos que enviaron los traductores muestra cómo vemos a la otra cultura. En realidad, los traductores son líderes.


¿Líderes? ¿Qué quieres decir?

Imagina que eres mexicano y nunca has leído nada de Joyce Carol Oates. Tampoco tienes idea de que existen escritores como Ann Patchett, Amy Tan, Ted Conover, Dave Eggers o Edwidge Danticat. Imagina que tu conocimiento de la cultura estadounidense proviene de la televisión, el cine y un par de viajes a Houston, para hacer compras en un outlet. En Estados Unidos, tenemos una cultura literaria vibrante que no se concentra en un solo lugar, sino está muy dispersa. Hay escritores importantes en Nueva York y Boston, pero también en Washington D.C., Iowa, Seattle, Alaska, Houston… y un montón de lugares más. Si no sabes nada de nuestra cultura literaria, fácilmente podrías llegar a conclusiones despectivas y poco acertadas sobre los estadounidenses. Podrías decir, como dicen muchos mexicanos, "los estadounidenses no tienen cultura". Con respecto al trabajo literario, muchas veces —aunque no siempre— es el traductor quien toma la iniciativa, en vez de esperarse a que alguna editorial le encargue la traducción.


Entonces, la traducción tiende un puente a través de un río de ignorancia… (risas).

Sí. ¿Por qué no se traduce más literatura mexicana? Por las mismas dos razones que se traduce muy poca literatura en cualquier lengua. En primer lugar, los lectores tienden a leer sobre su propia cultura; en segundo, el costo. La traducción puede ser muy costosa.


¿Y no hay apoyos financieros?

Muy pocos. La National Endowment for Arts, por ejemplo, ofrece un programa de becas muy modesto para traductores literarios, al igual que PEN. También el gobierno mexicano cuenta con un programa de becas de traducción. No obstante, hay pocas becas y, para obtenerlas, hay que dedicar mucho tiempo y esfuerzo, además de tener mucha suerte.


¿Cuál crees que sería la solución?

¡Muchas cosas! Un modelo es el de Whereabouts Press, que publica esta serie de compendios Traveler's Literary Companion. Es una forma de agrupar traducciones y de hacerlas más accesibles a los lectores. Muchas personas que han comprado un ejemplar de la colección continúan comprando. Yo tengo los de Chile, Cuba, Costa Rica, España, Grecia, Italia y Vietnam, y estoy esperando a que salga el de Marruecos pues, además, próximamente pienso hacer un viaje a ese país. No es porque lo diga yo, pero todos los títulos son excelentes.


¿Crees que debería subsidiarse la traducción?

Te puedo decir que yo la subsidio. Soy la editora fundadora de Tameme, una revista literaria bilingüe. No conozco ninguna revista literaria que tenga utilidades. Ahora Tameme publica ediciones pequeñas de cuento corto, poesía y otros textos, en ediciones muy lindas. Pero no mido su valor por el número de ejemplares vendidos… realmente es un trabajo de amor.


¿Crees que el libro de México fomentará la traducción de narrativa mexicana?

Ojalá. Espero que muchos lectores desarrollen el gusto por la literatura mexicana y busquen obras de autores mexicanos que ya están traducidas, porque los libros ahí están.


¿Quiénes son algunos de los escritores mexicanos que crees que deberían traducirse?

Todos los escritores que integran la antología tienen trabajo sin traducir, de manera que… ¡ojo¡, traductores. Además de los escritores de la antología, sugiero a Juvenal Acosta; José Agustín; Homero Aridjis; Juan José Arreola; Rosa Beltrán; Sabina Berman; Alberto Blanco; Carmen Boullosa; Fabienne Bradu; Federico Campbell; Carlos Chimal; Luis Humberto Crothswaite; Elena Garro; Ana García Bergua; Adolfo Bioy Casares; Guillermo Fadanelli; Sergio Galindo; Margo Glantz; Cristina Gutiérrez Richaud; David Huerta; Francisco Hinojosa; Bárbara Jacobs; Jorge Ibargüengoitia; Esther Krauze; Hernán Lara Zavala; Fabio Morábito; Silvia Molina; Carlos Montemayor; Salvador Novo; José Emilio Pacheco; Aline Pettersen; Octavio Paz; Ignacio Padilla; Elena Poniatowska; Sergio Pitol; María Luisa Puga; Luis Arturo Ramos; José Revueltas; Juan Rulfo; Daniel Sada; Guillermo Samperio; Enrique Serna; Paco Ignacio Taibo II; Jorge Volpi; Agustín Yañez; Luis Zapata.


Es una lista muy larga.

Te aseguro que podría ser mucho más. ¡Hay tantos escritores fantásticos de los cuales los lectores de habla inglesa no tienen ni idea! ¡Y eso que no incluí a los poetas mexicanos!


¿Cuál sería tu consejo para alguien que quiere iniciarse en la traducción literaria?

Es un trabajo de amor, y tienes que acercarte con esto en mente. Si quieres vivir de ello, probablemente te resulte muy frustrante. En cambio, si lo haces por amor, puedes elegir lo que te gusta, lo que tú crees que merezca la pena ser traducido. Aléjate de lo obvio, de los best-sellers, de las obras que ya han sido traducidas. Busca lo inusual, lo raro, lo que te diga algo. No tienes que ser perfectamente bilingüe para comenzar a hacerlo. Lo que realmente necesitas es tener un enorme cuidado y la capacidad de escribir en tu propia lengua al mismo nivel que el autor. (Muchos de los mejores traductores literarios son poetas.) Por último, si quieres publicar tu traducción, debes obtener permiso. En Internet encontrarás sitios excelentes que de dan información sobre traducción literaria. Uno de ellos es American Literary Translators Association. Y no te olvides de visitar el sitio de PEN.


¿Cuál es tu lugar favorito de México?

En este momento, me echaría un bolado entre el jardín de Las Mañanitas, en Cuernavaca, y la isla Espíritu Santo, a un costado de La Paz, en el mar de Cortés. Si me hubieras preguntado la semana pasada, te habría dicho que el jardín del museo Dolores Olmedo, en la ciudad de México. O la Trattoria de la Casa Nuova… donde tienen el mejor pan del mundo.

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